lunes, 7 de julio de 2008

El cine y ...

Desde chico, me enseñaron la diferencia entre "el bien" y "el mal". Mis padres me educaron llevándome a escuelas privadas desde el kinder, me iniciaron en diferentes deportes y se preocupaban por los círculos sociales con los que me juntaba.

La verdad, he recibido un muy buen apoyo desde siempre. Pero es cuando uno va creciendo y aprendiendo de su alrededor, que uno decide donde se divide la línea que divide lo bueno de lo malo.

No estoy diciendo que cada quien se ponga un límite para hacer lo que quiera, sin remordimiento. Ya que si todos realizaran lo anterior, se perdería el respeto hacia los demás por completo.

Lo que realmente quiero expresar es, la idea de poder saltar esa línea, pero para poder "ganarle" de vez en cuando a las grandes compañias que encontramos en cada esquina. Porque en verdad ¿Es realmente justo el precio que te cobran por ver una película en una sala de cine y comer unas clásicas palomitas, por leer una revista, por estacionar tu coche dentro de un estacionamiento automatizado, por pedir tu comida favorita en un restaurante?

Está bien que la gente $adinerada$, quiera hacer mas dinero, haciendo negocios rentables. Pero lo que no se justifican, son los precios que deciden presentar, y que como resultado todos tenemos que pagar.

Cierto que estamos recibiendo un beneficio a cambio de nuestro dinero. Pero el precio que plantean es exagerado en la mayoría de los casos. Por supuesto siendo un negocio grande, para señores con apellidos "importantes", coches de cuatro aros y con casa en Las Lomas; el precio es el necesario para poder pagar por el lugar, los empeados, etc. Y principalmente sus exquisitos lujos.

Teniendo esto en cuenta. El domingo que no tenia nada que hacer en mi casa, fui a la mundialmente, jajaja, conocida PLAZA SATELITE, alrededor de las 6:30.
Hacía ya varias semanas que no iba. Debido a que al estar dos horas en promedio tenías que pagar un precio del estacionamiento parecido al del Aeropuerto de la Ciudad.
Mi plan que tenía en mente era sencillo. Checar los horarios próximos que hubiera en la sala 14(había guardado un boleto anteriormente de esa sala). La función mas cercana que había era la de las 7:20.
Así que sólo tenía que aprovechar la masa de gente que había en los cines(vacaciones+domingo+consumismo=ríos de gente). Esperaría a que pasaran 15 minutos de empezada la función. Y entraría con mi boleto de hace 3 semanas, como si nada.
Solo fué cuestión de caminar con confianza y lo qe quedaba solo era encontrar lugar en la sala abarrotada ...

Al salir de la película, sentía solo una felicidad. El haber conseguido "vencer" de cierto modo al sistema ...

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